Sin duda, la sepsis es un problema de salud pública que tiene una enorme repercusión sanitaria por su elevada morbimortalidad, uso de recursos, costos y las poco reconocidas secuelas físicas y psíquicas. A pesar de todo ello, no se conoce la exacta dimensión del problema, porque no se sabe su incidencia real en cada país ni continente, y mucho menos a nivel mundial. Se manejan datos de estudios en pocos países y se extrapolan, como hizo recientemente la Organización Mundial de Salud (OMS) con la cifra de 31 millones de casos de sepsis anuales a nivel global.