La atención de los niños cardíacos críticamente enfermos debe ser multidisciplinarias, incluyendo la colaboración de cardiólogos, intensivas generales o cardiovasculares, anestesistas cardiovasculares, perfusionistas y enfermeras especializadas en el cuidado cardiovascular.
Aunque lo más importante es el concepto de manejo en equipo, siempre debe existir una coordinación central del médico responsable de la unidad de terapia intensiva cardiovascular. Por lo tanto es imperativo que el intensivista cardiovascular tenga una formación integral en cardiología y cuidados intensivos, que garantice la confianza del grupo y el cuidado óptimo del niño cardiópata grave.
Actualmente en los Estados Unidos de Norteamérica y en algunos otros países, un entrenamiento en cuidados intensivos pediátricos, cardiología pediátrica y anestesia pediátrica, entre otras. La validación del entrenamiento de intensivista cardiovascular y la definición de la combinación ideal para obtener una preparación integral es todavía un tema en evolución.